Los viajes de instrucción de los cadetes de la Marina duran entre 6 y 7 semanas. “Hay cosas que sólo pueden aprenderse a bordo, que no se pueden enseñar en el aula. El mareo sólo se siente estando embarcado”, dice Schatz (53), que también realizó este viaje de instrucción como cadete en 1976. “Nunca tuve tanto cansancio y frío como en aquél viaje –recuerda–. Pero nunca me arrepentí de haber seguido este camino”.
Este nuevo itinerario comenzó en agosto de este año y está previsto que termine en junio de 2011. “Nunca habíamos viajado hasta aquí. Nos habían invitado para venir en mayo para los festejos del Bicentenario, pero el barco estaba en reparaciones. Por suerte pudimos llegar antes de que termine el año”, dijo Schatz, que espera en breve la llegada de sus mujer y sus dos hijos desde Alemania para pasar las fiestas en la Argentina, antes de seguir rumbo a Chile.